LA EUROPA IMPERIAL
En
el siglo XIX, el sistema político europeo mostraba dos bloques principales: las
democracias liberales y las monarquías autoritarias. Una serie de factores
permitió que las potencias europeas se lanzaran a la conquista del resto del
mundo.
LOS
ESTADOS LIBERALES
En Gran Bretaña y Francia,
se consolidó progresivamente el liberalismo político y el sistema democrático.
- Gran Bretaña en la era victoriana
En
el aspecto político, la reina delegó el gobierno al Parlamento y permitió el
equilibrio político entre los conservadores (tories), principalmente terratenientes;
y los liberales (whigs), en su mayoría industriales. Este sistema estuvo
acompañado de un proceso de ampliación del sufragio. En 1832 se otorgó el voto
a los empresarios industriales, y en 1867, a los obreros calificados; además,
se estableció el voto secreto. A finales del siglo xix, este derecho se amplió
paulatinamente a más capas sociales. Esto permitió que el país no se viera
afectado por las oleadas revolucionarias liberales que convulsionaron el resto
de Europa. Así, este régimen representativo, sin ser democrático, favoreció la estabilidad
política. También se desarrollaron reformas sociales y políticas de inspiración
liberal, como la organización del movimiento obrero, el ascenso de los sectores
medios, la modernización de la burocracia y la democratización
- Francia: de imperio a república
LOS
ESTADOS AUTORITARIOS
En la Europa continental
predominaron los regímenes autoritarios frente a los liberales. Los más
importantes fueron cuatro grandes imperios.
- El Imperio ruso
En este enorme Estado, el
zar mantenía un férreo sistema absolutista. La nobleza, la Iglesia ortodoxa y
el ejército monopolizaban los principales puestos de poder. La economía era
básicamente agrícola y su industrialización muy limitada. Además, era un Estado
multinacional que albergaba a muchos grupos étnicos, algunos de los cuales
–como los polacos, bálticos o bielorrusos– buscaban su autonomía política.
- El Imperio alemán
Después del triunfo de Prusia
sobre Francia en la guerra franco-prusiana (1870-1871), Guillermo I fue
proclamado emperador alemán (káiser), lo que originó la fundación del II Reich
alemán. Tras ello se aprobó un régimen federal: los 25 estados o länder
mantenían sus leyes e impuestos y el Gobierno imperial controlaba las
relaciones exteriores, el ejército y la política económica. El Parlamento (Reichstag)
aprobaba las leyes y el presupuesto del Estado, pero no podía oponerse a las decisiones
del canciller y del emperador
- El Imperio austrohúngaro
Desde
1867, este Estado se convirtió en una monarquía dual: Austria y Hungría tenían
Gobiernos y Parlamentos independientes, pero compartían la política exterior,
la educación y el ejército. Este imperio tenía sometidas a distintas nacionalidades
polacos, checos, croatas, serbios, rumanos, etc., lo que provocó levantamientos
nacionalistas
- El Imperio otomano
A
mediados del siglo xix, este gran Estado multinacional mostraba signos de
decadencia. Entre 1839 y 1876, algunos sultanes trataron de introducir reformas
modernizadoras en la llamada era del Tanzimat (“reorganización”, en turco). Sin
embargo, este intentó no alcanzó los resultados esperados. En 1876, un grupo de
reformistas llamados los jóvenes otomanos intelectuales, funcionarios y
militares críticos con el Régimen
lograron la promulgación de una Constitución de tipo occidental que
garantizaba la igualdad de derechos, las libertades individuales y un
parlamento. Sin embargo, en 1878, el sultán Abdul Hamid II suspendió la
vigencia de la Constitución y restableció un gobierno absoluto.
EL EQUILIBRIO ENTRE LAS
POTENCIAS
La Europa de Bismarck
Impedir
el estallido de una guerra en Europa. Para ello, era necesario aislar
diplomática y militarmente a Francia, ya que los franceses buscaban vengarse,
con la ayuda de sus aliados, de la derrota militar de 1871. También era
importante mediar en los conflictos entre los imperios rusos y austrohúngaro, enfrentados
por consolidar su influencia en la explosiva zona de los Balcanes. Además, era
vital reforzar el poderío militar de Alemania para aumentar su capacidad de
disuasión.
Evitar
enfrentarse con Gran Bretaña en la expansión colonial. Por esta razón, Alemania
tuvo una política colonialista limitada.
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