EL FIN DEL MUNDO ANTIGUO - EL MUNDO FEUDAL 2do



EL MUNDO FEUDAL 

El feudalismo fue un tipo de organización política, económica y social que predominó en Europa desde el siglo IX hasta el siglo XIII. Bajo este sistema, el poder político y económico giraba en torno a la posesión de la tierra y a las relaciones de vasallaje. 


Características del feudalismo 

Si bien el sistema feudal no evolucionó de igual manera en las diferentes regiones de Europa occidental, tuvo características similares en todos los países. 


  • El poder central se dispersó en los feudos. En ellos, los señores feudales asumieron funciones propias del Estado, como legislar, imponer tributos y administrar justicia. 
  • Los lazos de dependencia se hicieron personales, desapareció la noción de un hombre vinculado con el Estado y se originó la sumisión de un hombre respecto a otro. 
  • La tierra se transformó en una fuente de riqueza y poder al disminuir el comercio y la circulación de moneda. La agricultura se convirtió en la base de la economía y la vida rural se hizo predominante; las ciudades, en cambio, decaían. 
  • La economía fue de autoconsumo, pues cada feudo consumía principalmente lo que producía. 
  • La Iglesia católica se consolidó como una institución de enorme poder religioso, político y económico. 
Las relaciones de vasallaje 

Los monarcas, incapaces de imponer su autoridad, se vieron obligados a recurrir a un sistema de relaciones personales conocido como vasallaje. Este era un contrato según el cual los vasallos (provenientes de la nobleza y del clero) se comprometían a prestar al rey apoyo militar y consejo. A cambio, el monarca les cedía un feudo (tierras o un castillo). 

Los vasallos aceptaban la supremacía del rey mediante dos ceremonias: 


  • El homenaje. En este acto, el futuro vasallo se arrodillaba ante su señor, le juraba fidelidad ofreciéndole combatir a su lado y otorgarle toda clase de ayuda, y le pedía que lo aceptara como vasallo Doc. 4. Si el señor aceptaba, se daba paso a la investidura. 
  • La investidura. El señor tomaba las manos del vasallo entre las suyas y le preguntaba si quería servirlo. El señor sellaba el pacto entregando a su vasallo una espada, un ramo de flores, un puñado de tierra –que simbolizaba la entrega de propiedades–o algún otro objeto. Si cualquiera de las partes violaba el juramento de vasallaje, pasaba a ser un felón o traidor. 
La sociedad feudal 

La sociedad feudal se constituyó sobre la base de tres estamentos claramente diferenciados: 

• Los nobles, una clase terrateniente que tenía el deber de proteger al resto de la sociedad. 

• Los eclesiásticos, que eran los monjes y sacerdotes, debían rezar por la salvación de las almas. 

• El pueblo llano, formado en su mayor parte por campesinos, quienes tenían la obligación de mantener a los otros dos estamentos. La mayoría de los campesinos vivían en severas condiciones de pobreza y explotación. 


Se pertenecía a la nobleza y al pueblo llano por derecho de nacimiento; por eso, se dice que existía poca movilidad social en la Edad Media. 

En la cúspide del sistema feudal se encontraba el rey, que no era vasallo de nadie y que, en teoría, era el señor de todos los demás. 


Entre los miembros de la nobleza había grandes diferencias, aunque todos formaban parte de la aristocracia. Los grandes vasallos eran los condes, vizcondes, duques y marqueses, poseedores de extensos feudos. En un segundo nivel estaban los vasallos de los grandes vasallos, que tenían feudos más pequeños. Los caballeros eran los vasallos menores, no poseían feudos y constituían la mayoría de la nobleza. 

Ver


La economía feudal 

En la Europa feudal, los campesinos eran la base de la sociedad, pues ellos pagaban los impuestos y trabajaban para mantener al clero y la nobleza. Había dos 

categorías de campesinos: 


  • Los campesinos libres o francos, clasificados en colonos y villanos. Los colonos arrendaban al señor feudal una pequeña parcela de tierra, por la que pagaban una renta Doc. 5; los villanos eran pequeños propietarios que vivían en aldeas o villas y subsistían gracias a lo que les rendían sus propias tierras. 
  • Los siervos pertenecían por nacimiento al patrimonio de su señor y jamás podían abandonar su feudo. Los señores disponían de ellos, de su trabajo y de sus bienes. Algunos siervos realizaban trabajos domésticos en la vivienda de su amo o en una de sus granjas. Otros, en cambio, cultivaban las tierras del señor, pero tenían su propia casa, se alimentaban con el producto de su trabajo y, en ocasiones, vendían lo que les sobraba de la cosecha. A fines del siglo XI se produjo un considerable aumento de la producción agrícola, ello gracias al mejoramiento de las condiciones climáticas, la introducción del arado de ruedas y la aplicación de nuevos métodos agrícolas, como la rotación de cultivos. A su vez, esto produjo un renacimiento comercial y urbano, que profundizaría en los siglos siguientes. 
El poder de la Iglesia 

En el Medievo, la Iglesia católica adquirió gran poder debido a sus riquezas (era poseedora de tierras y recibía diezmos) e influencia sobre la población. El líder de la Iglesia y soberano de los Estados pontificios era el papa. Los representantes de la Iglesia conformaban el clero, que se dividía en dos grupos: 


  • El clero secular agrupaba a los representantes de la Iglesia que vivían junto con los laicos: el papa, los arzobispos, los obispos y los párrocos. Estos últimos estaban a cargo de las parroquias locales. 
  • El clero regular conformado por religiosos que vivían aislados y congregados en monasterios Se dedicaban a la oración, al estudio y al trabajo comunitario. 
La fe medieval 

La Iglesia dispuso de algunas medidas que les permitió alcanzar una gran influencia social. Mediante los sacramentos se aseguraba de ser parte integral de la vida de los cristianos, desde su nacimiento hasta su muerte. Además, la Iglesia disponía de dos medios de control de sus fieles: la excomunión (la iglesia expulsaba a una persona de la comunidad cristiana) y la 

Inquisición (institución creada para juzgar y condenar a los acusados de herejía). 

Las cruzadas 

Las cruzadas fueron expediciones militares emprendidas por los Estados cristianos de la Europa medieval hacia Oriente Medio. Tenían como objetivo principal recuperar los lugares sagrados del cristianismo que habían caído en poder del islam. No obstante, las cruzadas también obedecían a causas como: 


  • El aumento de la población en Europa, que ocasionó la búsqueda de nuevas tierras. 
  • La necesidad de controlar el Mediterráneo y abrir las puertas al comercio con Asia. 
  • La amenaza que representaban los turcos para 
La primera cruzada ocurrió cuando Alejo I, el emperador de Bizancio, solicitó ayuda al papa Urbano II para luchar en contra de los turcos que amenazaban las fronteras de su imperio. El papa vio la oportunidad de afianzar su poder ante el emperador del Sacro Imperio Romano Germánico. Así, en 1095, durante la celebración del Concilio de Clermont, retó a los cristianos a recuperar la Tierra Santa a cambio de recompensas espirituales y materiales: el perdón de los pecados y la obtención de territorios en Oriente Medio. Ese mismo año comenzó la preparación de la primera cruzada con la reunión de pequeños ejércitos pertenecientes a nobles europeos. 

Las consecuencias de las cruzadas 


  • Se restableció el comercio entre Oriente y Occidente, lo que benefició a las ciudades italianas. 
  • Los señores feudales perdieron poder, pues para armar a los cruzados se endeudaron y, como las cruzadas fracasaron, perdieron sus fortunas. 
  • Las cruzadas acentuaron el odio y las divergencias entre las cristiandades latina y griega, y se convirtieron en causa de la ruptura definitiva entre ambas.



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